Aventuras en el metro: Cuando alguien más, qué no es un publicista, quiere hacer la chamba de un publicista

¿Qué los millones de usuarios del sistema de transporte colectivo metro, en la Ciudad de México, somos pobres?: Sí; pero No imbéciles.

Como publicista -sí, ¡publicista! le pese a quién le pese- es aberrante tener que estar viendo la "publicidad", o más bien las estampuchas pegadas en los vagones de este sistema de transporte.

A últimas fechas son más los mensajes, que no es propaganda, de instituciones del gobierno federal y otros organismos los que ponen ahí sus pobres y mediocres ejecuciones.

Pareciera que al ser un espacio lleno de incomodidades, la publicidad tuviera que estar ad hoc al entorno, logrando contaminar aún más el ya poco agraciado panorama.

Pero como este post no fue mandado a hacer por ninguna institución federal, vamos a hacerlo bonito, vamos a enriquecerlo con algunos ejemplos visuales y algunos comentarios...


"¿Cómo le haremos para anclar bien el texto? ¡Claro! le ponemos a las caras de personas huellas como de zapatos. Qué ingeniosos tú. Qué creativos somos.

Siendo que la discriminación se trata de una problemática de actitud social, el mensaje debería apelar a las emociones, recordándole al destinatario lo que se siente ser discriminado o que discriminen a alguien que quieres o aprecias.


La primera frase, con el copy rojo y la asociación con la imagen del niño apunto de orinarse, logra llamar la atención... pero hasta ahí llego el éxito. Cuando terminas todo el contenido y te das cuenta de que es un absurdo, un sin sentido, un fallido intento por hacer una ejecución con tono cómico, es cuando podemos sacar las tijeras y decir:

A ver muchachos, estamos hablando de un servicio de préstamos, en los que generalmente la gente se ve forzada a mal baratar sus pertenencias, y salen con cosas... "¿chuscas?".

La verdad sólo porque la gente tiene MUCHA necesidad del empeño.... pero por algo el Nacional Monte de piedad es el Nacional Monte de piedad.

La gente que hizo estás... cosas, en su vida han leído El imperio de lo efímero de Gilles Lipovetsky.

Para empezar, los modelos han de ser el sobrino y la ahijada de Elba Esther, porque ella ha de ser miembro honorario del Inmujeres. Ya sé que la intención es hacer mella en los esterotipos y la superficialidad bla bla bla.

Pero es que estos muchachos ni contentos lucen, si es que la idea era presentarlos como felices incluso ante todo lo aspiracional que ofrecen las marcas; y si la inteción era presentarlos apesadumbrados, cargando los estigmas de los productos y servicios de prestigio... psss cómo que tampoco. Sólo es un gordo mal parado perdiendo el tiempo, y una X fajandose la blusa para que no se le vea la costura de la faja que trae puesta.

Tip: Échenle un ojo a la campaña de Dove: Por la belleza real. Les encargo ¿no?

¿A poco no estaría bien padre ver ejecuciones bien hechas en el metro?. La neta hasta con gusto te subías.

Pero eso pasará, cuando los funcionarios se pongan hacer su trabajo y le den oportunidades a buenos y verdaderos publicistas; lo cuál va a beneficiar a todo mundo.