domingo, 9 de enero de 2011

Texto en espejo

Si la voz de una mujer narrando cuentos tiene el poder de traer niños al mundo, también es cierto que un niño tiene el poder de dar vida asus propios cuentos. Dicen que si el hombre no pudiera soñar se volvería loco; del mismo modo, si a un niño no se le permite entrar en el mundo de lo imaginario, nunca llegará a asumir la realidad. La necesidad de relatos de un niño es tan fundamental como su necesidad de comida y se manifiesta del mismo modo que el hambre.

AUSTER, Paul, La invención de la soledad, Anagrama, 2009, España, p. 218

viernes, 12 de noviembre de 2010

Dilemas profesionales

Me gusta la grilla, es decir, me gusta debatir, me gusta defender mis puntos de vista, por ese lado sería un buen activista; lo malo es que me cansó rápido de las discusiones, soy un poco necio y cuando el debate se estanca me da flojera, o cuando la postura en contra es demasiado cerrada y necia, igual me da por dejarlo... como todo, al parecer.

Me gustan los gráficos, sobre todo los de comics un tanto satíricos, me gusta generar propuestas visuales, pero no estudié arte ni diseño gráfico por alguna razón, quizás porque me parecía demasiado simple; había algo más en mí que quería desarrollar.

Me gusta el cine, me gusta ver películas, aunque soy un poco disperso y cuando puedo las tengo en pause por minutos, horas, e inclusive días.

Me gusta la publicidad; no me gusta la publicidad burda y obvia; me gusta sobre todo la idea de pensar que la publicidad deja dinero, que tiene cierta capacidad persuasora, que se puede vender lo que sea a través de ella, creo que todo eso al mismo tiempo me desagrada de la publicidad.

Me gusta la improvisación escénica, me parece que tengo cierto talento para ello, pero me faltan muchas bases de teatro y actuación. No me gusta la idea que la profesión de actor o improvisador pueda ser tan inestable, tan mal pagada, tan prometedora y a la vez tan infame.

Necesito un trabajo, de lo que sea, pero pronto.

martes, 28 de septiembre de 2010

Pleitos

Antes de que este persistente malestar de garganta me impida pensar en otra cosa, o de que mi mente curvilinea se distraiga en sacudir el polvo o en querer averiguar como hacernos ricos sin tener un trabajo de más de 8 horas de lunes a viernes, tengo que escribir sobre lo que ha acontecido estos últimos días.

Lo que pasa es que siento me he vuelto más abierto, más respetuoso y más "buena vibra", lo cual me ha traído muchas cosas buenas, sin embargo parece que a la par de mi buen ondismo, cuando me canso de ser todo "agua y bonitos pensamientos", me convierto en alguién muy hiriente.

Otro sin embargo, es que creo que las mismas personas con las que soy hiriente se lo buscan, puesto que abusan, por un lado, de que no soy un hijo metido en las drogas, en el alcohol, ni en negocios turbios, seré todo lo webón y mantenido que quieran, pero no soy alguién mayormente problemático, y quieren venir a sacar sus frustraciones con uno, pues se topan con todo el resentimiento y desprecio que tengo hacia los prejucios y preceptos conservadores de esta sociedad en la que vivo, y le toca oir sus verdades, sobre lo podrido que me parece que las familias vengan arrastrando los mismo patrones de conducta, las mismas mutilaciones y miedos emocionales, las mismas imposiciones absurdas y bueno; de que les duele les duele.

Ahora, en el otro caso, siempre he intentado ser muy respetuoso con los gustos e intereses de las demás personas, me parece que todo es válido, cada quién tiene su nicho y las afinidades convergen. Y está bien que se burlen de mis gustos, de vez en cuando, que yo también lo hago de los de otros, pero llega un punto en el que la burla se va convirtiendo en una agresión, en un insulto ante el cual dices: ¡A ver!, pues si estamos en está dinámica, vamos a jugar parejos, ya estuvo bueno de que siempre te de por tu lado y tú no tengas tu dosis de "señalamientos" chingativos. Y como dice el dicho: "Si te llevas te aguantas".

Y aguas de aquel que se ponga a chingarme, que yo aguanto y acepto las reglas del juego, pero si te topas con que empiezo a jugar rudo (que NO sucio) no le vayas a sacar.

lunes, 2 de agosto de 2010

We are family: Somos familia

El sábado me invitaron a una fiesta; era la fiesta de la novia de la prima de mi amigo; así tal cual.

Desde aquí, empecé a reconocer la serie de recovecos que ocupaban, y la mayoría ocupamos, para nombrarnos como familia: tío, prima, sobrino, cuñada.
Ese día en la fiesta, eso se hacía más notorio pues había tíos y sobrinos de la misma edad, y primos que se llevaban un par de décadas en edad. Por lo que se suscitaban los cuestionamientos:
-¿Él es mi primo?,
-¡No! Es tu tío,
- ...y una vez dijo: ¿Puedo ir con mis amigos?, ¡cuando en verdad son sus tíos! Ja, ja, ja!

Lo cuál parece demostrar que en algunos casos, las etiquetas para distinguir los lazos consanguíneos siguen siendo importantes.

Federico Engels en "El origen de la familia, la propiedad privada y el estado", expone la relevancia en culturas antiguas de los lazos consanguíneos bajo diferentes propósitos: mantener la casta, los vínculos de producción, las tierras y riquezas que serán heredados a la siguiente generación.

Sin embargo, dado los tiempos actuales en los que legalmente, a través de un notario se puede dejar una herencia a la beneficencia, una empresa, la amante o dejar intestado, parece absurdo dar tanta importancia a los lazos de sangre.

Sobre todo si piensas que el libre albedrío que se le ha otorgado al ser humano implica la capacidad de sentir afinidad y empatía por otros, que no necesariamente sean sus familiares; así como podemos experimentar antipatía por alguno de nuestros padres, hermanos, y no se diga primos, tíos, sobrinos, cuñados...

Es mal visto y señalado que un padre y un hijo, o dos hermanos no tengan buena relación, incluso debe haber capítulos de La rosa de guadalupe, y los 3 huastecos del talentosísimo Pedro Infante presenta a tres hermanos bastante disímbolos; que no obstante terminan apreciándose y o queriéndose.

Habrá que seguir rompiendo esquemas y etiquetas, incluso en estos casos donde la imagen de la sagrada familia se resquebraja e intenta remendarse a la fuerza.
Apelando a la coherencia y la salud mental, las etiquetas y los lazos de sangre sobran, no hay como elegir y construir tu entorno a partir de las personas que más aprecias y que obviamente respetas; una familia construida por prejuicios y apariencias tiene una estructura endeble que cualquier desaguisado derrumba con facilidad, y que ninguna moral constreñida puede sostener.

domingo, 25 de julio de 2010

Alrededor de El Mago de Oz

Varias cuestiones te llevan a interesarte por ciertas historias, como si fueran pistas dejadas por el destino para conocer discursos que te enriquecerán emocional y espiritualmente.

Ver la película "El mago de Oz", en esta etapa de mi vida me ha brindado la capacidad de apreciar, además de la teatralidad con que fue relizada, el discurso emotivo respecto a que los deseos más profundos de El espantapájaros, El hombre de hojala, el León y la propia Dorothy se encuentra siempre presentes en ellos mismo. Argumentos quizás trillados, pero que refulgen en momentos de desolación y vacío, que no resultan pocos en la vida cotidiana.

Ahora que he visto "El mago de Oz" con Judy Garland, quién aún no comprendo por qué fue un ícono gay para los estadunidenses, me atrevo a querer conocer las precuelas de esta historia.

Como Wicked, novela tan elogiada por @EddInRealLife (su blog aquí), donde se desarrollan los antecedentes de La bruja del oeste; quien resultó ser mi personaje favorito de Oz, y a mi parecer el mejor interpretado, por una maravillosa Margaret Hamilton; y quien en el musical Wicked es revivido por Idina Menzel.


Finalmente, corre la noticia de que habrá otra precuela sobre el Mago de Oz, sólo que en está ocasión el protagonista será el propio Mago, interpretado por Robert Downey Jr., de quien conoceremos sus orígenes y cómo pasó de ser un insípido mago de feria en Kansas, a convertirse en el líder regidor de un mágico poblado.

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Nuestras vidas están formadas de historias; para mí lo primero más importante en estas historias es que estén acompasadas por un ritmo que no se caiga, y ahora veo que lo segundo más importante es que queden lo más redondas posibles, como un círculo, como ciclo.